La trucha común, especie hospedadora del mejillón de rio
A falta de salmón en algunas aguas de la región, la trucha es la especie idónea para hospedar al molusco y favorecer su reproducciónLas labores llevadas a cabo por los técnicos del programa Life Náyade para la conservación de la Margaritifera margaritifera, un mejillón de agua dulce que ayuda a conservar el buen estado de los ríos, han demostrado que la trucha común es una especie óptima para hospedar a este mejillón de río y facilitar de este modo su reproducción.
Los estudios que se han llevado a cabo hasta el momento señalaban al salmón como la especie idónea para hospedar al molusco y cerrar el ciclo vital de la náyade. Sin embargo, en aguas interiores de Castilla y León donde no existe este salmónido, se desconocía cuál era con exactitud la especie hospedadora. "Se barajaba la trucha común, pero no se había podido constatar hasta ahora, cuando los experimentos han determinado con exactitud el enquistamiento de gloquidios en las branquias de las truchas", explica el coordinador del Programa Life Náyade, Pablo Santos.
Para lograr esta conclusión los técnicos han utilizado dos líneas de trabajo que se han desarrollado en los acuarios y en el medio natural. El experimento se realizó en el Centro de Gestión del Programa Life Náyade, ubicado a orillas del Lago de Sanabria, provocando la fijación de gloquidios (estado larvado intermedio) en truchas mantenidas temporalmente que fueron capturadas en diferentes tramos de los ríos Negro, Tera y Tuela durante las campañas de pesca eléctrica del año 2005. Entre ellas se seleccionaron las de mayor capacidad de infección y cuando las náyades estaban en época reproductora se extrajeron gloquidios maduros de sus branquias a través de sifones. Se introdujeron en un recipiente en contacto con alevines que, una vez infectados se mantuvieron en peceras para comprobar la evolución de los quistes durante su metamorfosis en las branquias de los alevines. El ensayo confirmó que tanto las truchas del río Negro como las del Tera desarrollaron quistes en sus branquias.
Se han llevado a cabo campañas de pesca eléctrica con el objetivo de ver si se producía, en estado natural, el enquistamiento en las branquias de las truchas; de las 524 truchas examinadas en los ríos Tuela, Tera y Negro, un total de 5 estaban infectadas con larvas de Margaritifera margaritifera. "A nivel de campo es la primera vez que se consigue. Hasta ahora no se habían podido encontrar truchas infectadas en el medio natural", confirma Pablo Santos. Los resultados demuestran que la relación entre las dos especies "es de comensalismo, no de parasitismo; a la trucha no le causa ningún daño".
A partir del éxito logrado, los trabajos se centrarán en intentar reclutar poblaciones de náyade juveniles y mantenerlos en cautividad para que engorden y salgan ejemplares adultos que contribuyen a conservar la calidad del ecosistema.Fuente: La Opinión de Zamora
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