Estudian por primera vez el ecosistema completo de un arrecife de coral virgen

Una expedición liderada por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Enric Sala ha estudiado, por primera vez, el ecosistema completo de un arrecife prístino de coral. El equipo internacional analizó desde los microorganismos más pequeños hasta los peces más grandes del arrecife de coral de Kingman, en el archipiélago de Line Islands, en el océano Pacífico, y lo compararon con otros tres arrecifes sometidos a niveles crecientes de impactos humanos. Los resultados del trabajo aparecieron publicados este martes en dos artículos de la revista Public Library of Science (PLoS) ONE. Los investigadores han descubierto que el 85% de la biomasa de peces del arrecife virgen de Kingman, a unos 1.800 kilómetros de Hawai, está constituida por depredadores superiores. La red alimentaria de este ecosistema tiene forma de pirámide invertida y contradice el paradigma científico existente hasta el momento, que atribuye a los arrecifes de coral una pirámide de biomasa clásica, con una gran biomasa de herbívoros, menor de carnívoros y aún menor de depredadores superiores. La expedición, de 15 componentes, ha accedido por primera vez a un arrecife de coral que se conserva como en sus orígenes, hace cientos de años. El grupo investigador trabajó en cuatro atolones desde Kingman, una zona completamente deshabitada a Kiritimati (también llamada Christmas Island), donde viven 5.000 personas, en un gradiente ascendente de población. En los tres arrecifes habitados, el impacto humano era mayor, y los investigadores encontraron menos biomasa de peces, peces de menor tamaño, así como diez veces más microbios y virus que en el arrecife virgen. Los microbios analizados alrededor de Kiritimati, la zona con menos cobertura de corales de las estudiadas y en la que mayor porcentaje de enfermedades se han hallado en estos animales, contenían una alta proporción de patógenos potenciales. Otro de los hallazgos que el grupo investigador ha calificado de "sorprendente" es que los arrecifes más sanos presentan una mayor capacidad de recuperarse de los cambios climáticos, mayor ‘resiliencia’. "Cuando la estructura de un ecosistema está intacta, los corales reaccionan mejor a fenómenos de calentamiento del agua que acaban con estos animales formadores de arrecifes", explica Sala. Este descubrimiento tiene implicaciones directas en la estrategia de conservación de los arrecifes. Para los investigadores, Kingman servirá de referencia fundamental para poder realizar comparaciones con otros arrecifes degradados, y para evaluar la eficacia de las actuaciones de conservación actuales. "Estos datos estimularán la aparición de nuevas ideas para conservar los arrecifes frente a amenazas, como la polución, el calentamiento global o la sobrepesca" concluye Sala.

Fuente: CSIC
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