El estado de los bosques del mundo 2022: los árboles pueden ayudarnos a recuperarnos de múltiples crisis

Bosques FAO 2022

En un momento en que el mundo se enfrenta a múltiples crisis (COVID‑19, los conflictos bélicos, la crisis climática y la pérdida de biodiversidad),  nuestros bosques pueden ayudarnos a recuperarnos de las repercusiones, pero solo si redoblamos los esfuerzos a fin de liberar su potencial. En la última edición de ‘El estado de los bosques del mundo 2022’, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) establece tres vías para lograrlo: la detención de la deforestación; la restauración de las tierras degradadas y la ampliación de la agroforestería, y la utilización sostenible de los bosques y la creación de cadenas de valor verdes.

“Avanzar de forma equilibrada y simultánea por estas vías puede ayudar a abordar las crisis a las que se enfrentan las personas y el planeta y, al mismo tiempo, producir beneficios económicos sostenibles, especialmente en comunidades de zonas rurales (y a menudo remotas)”, apunta el director general de la FAO, QU Dongyu, en el prólogo del informe, subtitulado “Vías forestales hacia la recuperación verde y la creación de economías inclusivas, resilientes y sostenibles” y que se ha presentado en el XV Congreso Forestal Mundial, celebrado esta semana en Seúl.

Las vías se presentan “en el entendimiento de que las soluciones a las crisis planetarias interrelacionadas tienen enormes consecuencias económicas, sociales y ambientales que deben abordarse de forma integral”, añade QU Dongyu.

Los principales argumentos del informe

  1. La detención de la deforestación y la conservación de los bosques podrían evitar la emisión de 3,6 +/– 2 gigatoneladas de equivalente de dióxido de carbono (GtCO2e) al año entre 2020 y 2050, lo que incluye alrededor del 14 % de la reducción que se necesita de aquí a 2030 para mantener el calentamiento del planeta por debajo de 1,5 ºC, al tiempo que protegería más de la mitad de la biodiversidad terrestre de la Tierra.
  2. La restauración de las tierras degradadas y la ampliación de la agroforestería. La restauración beneficiaría a 1 500 millones de hectáreas de tierras degradadas y el aumento de la cubierta arbórea podría impulsar la productividad agrícola en otros 1 000 millones de hectáreas. La restauración de tierras degradadas por medio de la forestación y la reforestación podría absorber de la atmósfera hasta 1,5 GtCO2e al año entre 2020 y 2050 de manera eficaz en función de los costos, lo que sería similar a retirar de la circulación 325 millones de automóviles para pasajeros alimentados con gasolina cada año.
  3. La utilización sostenible de los bosques y la creación de cadenas de valor verdes ayudarían a satisfacer la demanda futura de materiales —habida cuenta de que se prevé que el consumo mundial de todos los recursos naturales se duplique con creces, pasando de 92 000 millones de toneladas en 2017 a 190 000 millones de toneladas en 2060— y respaldarían la sostenibilidad de las economías con mayores oportunidades de empleo y medios de vida más seguros.

En el informe se señala que las sociedades podrían hacer un mejor uso de los bosques y árboles con miras a, de forma simultánea, conservar la biodiversidad, asegurar el bienestar de las personas y generar ingresos, en especial para las personas del medio rural, argumentando que “no habrá una economía saludable sin un planeta sano”.

Sin embargo, la inversión actual en los bosques es muy inferior a lo que se necesita. Según una estimación, para que el mundo cumpla las metas relativas al clima, la biodiversidad y la neutralidad de la degradación de las tierras, la financiación total destinada a las vías forestales debe multiplicarse por tres para 2030 y por cuatro para 2050; se calcula que solo para el establecimiento de bosques y la gestión de estos se necesita una financiación de 203 000 millones de USD anuales para 2050.