COSE reitera la necesidad de una política forestal europea que planee una selvicultura y gestión forestal a largo plazo

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El gerente de la Asociación Forestal de Navarra (FORESNA-ZURGAIA, integrada en COSE), Juan Miguel Villarroel García, aborda en un artículo de opinión los aspectos que una deseable política forestal europea debería recoger para hacer efectiva una gestión planificada de los bosques.

Villarroel apunta que, frente a la “gestión insostenible” en ciertas áreas de África, Asia e incluso en la propia Amazonía, “en Europa nuestra realidad es otra. En Europa los bosques avanzan y crecen, el problema es cómo lo hacen”. La despoblación (con el consiguiente abandono de actividades agroforestales), la visión conservacionista y no intervencionista en el crecimiento de los bosques, “hacen que en muchos casos nuestros montes se abandonen, incrementen su carga de combustible y están preparados para que en verano ardan. Esto nos hace perder nuestro patrimonio verde y gastar mucho, mucho, mucho dinero en extinción de incendios”.

El gerente de FORESNA-ZURGAIA añade también a las amenazas el incremento de las plagas y enfermedades, “que estamos sufriendo y golpeando cada vez con más fuerza y eso lo conocemos muy bien a nivel nacional y en centro Europa”. Para combatir todas estas catástrofes “se necesita dinero, lo que ocurre es que hacer selvicultura y planificación forestal es a muy largo plazo y eso no renta políticamente”, subraya Villarroel.

“Necesitamos una política forestal Europea, pensada y diseñada por la gente del territorio, de abajo hacia arriba. Necesitamos utilizar el potencial cada vez menor de las personas que viven en las zonas rurales, y necesitamos repoblar nuestros pueblos, con gente que quiera volver a trabajar en el monte: y el monte es turismo, es micología, es caza, es salud, es alimento, es fijación de carbono, es patrimonio, es hábitat…. es un TODO, y como un TODO deberíamos gestionarlos”, señala el integrante de COSE.

“También los políticos y administraciones deberían hacer una reflexión. Si no, tenemos demasiadas leyes que, lejos de ayudar, nos dificultan el dinamismo y el trabajo en el territorio. Quizás el reto de una nueva política o de los nuevos políticos que espero que estén por venir, sea no preocuparse por crear y sacar nuevas leyes, sino por reducir y hacer más operativas las que tenemos, pero eso ya es para grandes mentes y creo que nos faltan a todos los niveles”.

El artículo completo está disponible aquí.